Con la profesora Mariana Iñiguez Raddatz. Samuel Jiménez es el segundo de izquierda a derecha en segunda fila.
Para Samuel Jiménez Moraga, su familia, seres
amados y sus Queridos Hermanos:
Ha partido Samuel Jiménez Moraga, lo hizo digno
y guardando su dolor y su debilitamiento cotidiano. Afectado de un cáncer rebelde, que cobró
factura en poco tiempo, ha partido un gran ser humano, un alma grande, una
persona de buena voluntad, un generoso amigo, mi Querido Hermano Masón. Lo hizo pleno de conocimiento a lo que se
enfrentaba, silenciando su dolor y sin aspavientos.
Conocí su tremendo Humanismo, su sentido
cívico, su compromiso social, su vocación democrática, su tolerancia y
fraternidad genuina con los que tenían ideas diferentes a las de él. Conversamos
muy habitualmente en esta última recta de su vida terrenal, parecía no querer
darle espacio a la idea de la partida, aunque por momentos me decía que se iría
en plenitud de consciencia y dando la lucha con nobleza y coraje. Y, así lo
hizo, como un luchador, como un Caballero que enfrenta los Molinos, firme en
sus ideales y convicciones.
Samuel había alcanzado el nivel de sabiduría
que se expresa en la humildad, dignidad, tolerancia, respeto por todas las
ideas. Estaba posicionado en el Uno, que
es Todo. En el Todo que es Uno, que es Unidad y Unicidad. Su vuelo era de perspectiva, volaba alto como
las águilas y los cóndores. Pero, su
interacción era respetuosa, fraterna y generosa. Tuvo la bendición de ser un
gran comunicador, en la palabra oral y también en la escrita. Pero, lo que lo hacía más grande era que
dejaba emerger al otro como legítimo, respetaba a su interlocutor, le ponía
atención, se ponía en su lugar. Seguro
Samuel mereció más atención y reconocimiento, era un torbellino de inquietudes
e iniciativas. Se abrió las oportunidades con esfuerzo. Seguro sus Hermanos hoy
ponen en perspectiva su trayectoria y comprenden al gran ser humano que
tuvieron a su lado.
Siempre se mostró pleno de inquietudes
intelectuales, culturales, espirituales y comunicacionales. Cuando hace casi 10 años lancé en Valparaíso
mi libro de PROSA Y VERSO, él se hizo presente. Viajó por su cuenta y quiso
participar de ese simple encuentro cultural, que con la presencia de generosos
y Queridos Hermanos, se transformó en Alquimia Espiritual. Samuel fue un Hermano comprometido, entusiasta,
participativo, generoso. En esa ocasión
con modestia y humildad me pidió declamar algún poema. ¡Lo que para mi fue un
Honor! Lo hizo con la calidad de quien
manejaba su voz y emociones.
Las últimas conversaciones, solo hace unos
días, fueron muy temprano, de mañana, lo que se llama primera hora. Me saludaba preguntando ¿Cómo está Antofagasta? Ya se notaba su evidente debilitamiento,
bastaba escuchar su voz para percibirlo.
Me invitó para que organizáramos un encuentro de diálogo entre los
Obispos Cristianos de distintas denominaciones y los Masones más relevantes de
cada Región. Su preocupación era el debilitamiento del Humanismo y sus
valores. “Es un tema común a todos
nosotros”, me dijo. Mencionó que ya lo
había comentado al Obispo de Chillán. Pronto, en la conversación, me dijo “me
siento cansado, llegaremos hasta aquí, ya volveremos sobre el tema”. Pero, ya no volveremos a conversar, a partido
a las dimensiones que nos son desconocidas, ineludibles, destino común al que
todos llegaremos, más temprano que tarde.
Samuel fue un ser humano vibrante, efervescente
con la cultura, con los valores, con lo espiritual. Su viaje interior le permitió desplegar su
espiritualidad, hasta llegar a ser un Alma Grande, con un nivel de consciencia
muy sobre la media general. Fue un gran
amigo, un buen compañero de ruta, un socio con ganas de hacer. Querido amigo Samuel, te adelantas, recorres
dimensiones desconocidas para nosotros los que quedamos, dejas una huella y
amistad indeleble.
Muy Querido Samuel: Te abrazo espiritualmente
pleno de fraternidad, te deseo un luminoso viaje, que tu alma esté plena de
armonía y equilibrio. Descansa en paz muy querido Amigo y Fraternal Hermano.
Carlos Cantero Ojeda
Renato Celis a la derecha y Manuel Orellana
Cesar Caceres Loyola
Gabriel Rodriguez Bustos
Jose Bernardo Perez Orellana
Juan Gabriel Letelier Barros
Marcos Torrealba Donoso
Matías Saavedra Achurra
Patricio Romero Mendez
Alejandro Muñoz Retamal
Luis Ortiz Cerda
Encuentro del año 2005
De izquierda a derecha Renato Zúñiga, Ricardo Rojas, Juan Peralta, Pedro Arias, Belfor Fischer, Renato Celis y Héctor Castillo
Jaime Castillo a la izquierda y Renato Zuñiga a su lado
De izquierda a derecha: Pedro Arias; Alvaro Monsalve y Belfor Fischer
Eduardo San Cristobal Droguett
Juan Peralta Sepulveda y Tatiana Correa, su esposa
Renato Zúñiga Hernandez
Nelson Perez Casas Del Valle
Pedro Arias, señora e hijos en Venezuela
Gaston Gaete Arellano
Belfor Fischer Onfray
Sentados René González e Ivan Treskow
JAIME CASTILLO CON MARIANA IÑIGUEZ
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en morado, sin correo electrónico y en rojo los fallecidos.
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